-La murga del tío
Jerónimo, de Moros.
Un cura
en este pueblo, que vino aquí,
a
enseñarle a los fieles, santo Dios, el modo de vivir.
El cura
predicaba con mucho afán,
las
mujeres decían: ¡santo Dios, qué cura tan galán!
Empezó
atacando a los usureros,
que de
mil pesetas doblan los dineros,
lo oyó
el tio Braulio que estaba allí, porque sí,
y el
hombre impaciente cogió la puerta y se salió de allí.
Al otro
día el tio Braulio al tio Machorro se
lo encontró
y el tio
Braulio le cuenta al tio Machorro lo que ocurrió,
que un
cura en este pueblo contra la usura nos predicó
y el tio
Machorro dice: amigo Braulio ¡cómo ha de ser,
que
vayan a hacer puñetas con mil demonios curas como él,
que
vayan a hacer puñetas con mil demonios curas como él!
No
toméis dinero de los de Bijuesca,
de los
de Cigüela ni de los de Deza,
que al
veinte por ciento se lo cobrarán,
y si no
pagáis a tiempo hasta vuestras casas /os
aniquilarán.
Todas
las mujeres que jugáis al burro,
iréis al
infierno, yo os lo aseguro,
porque
es un pecado, pecado mortal,
el
jugarse los dineros mientras el marido se va a trabajar.
También
se condenan los que pesan uvas
que de
pocas viñas llenan buenas cubas,
tienen
la romana a satisfacción
y si el
fruto no abonece, cuando les parece cambian el pilón.
Pobre
jornalero que por un jornal,
con la
azada al hombro vas a trabajar,
un
triste tomate no podéis coger
y si el
vino no lo bebes esto es un joder.
Todos
los usureros han protestado de alta voz,
contra
Julián Cocota por haber traído al predicador,
Julián
Cocota dice de eso la culpa no tengo yo
que la
tiene la Rosica, la Timotea y Juanico el Peón,
que la
tiene la Rosica, la Timotea y Juanico el Peón.
Informante de Moros |
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