El
Viernes Santo por la tarde se va en procesión con la Soledad y el Cristo
Yacente por las calles de Maluenda. En la puerta de la iglesia se lleva
a cabo una sencilla ceremonia del entierro de Cristo, a quien se mete en la
caja. Aún se canta durante la procesión del Viernes El entierro de
Nuestro Señor.
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Santa María de Maluenda |
El
entierro de Nuestro Señor, de Maluenda
La Madre
estaba llorosa
junto a
la cruz lagrimosa
do
pendía el Redentor.
Y su
alma desolada
viose
entonces traspasada
de una
espada de dolor.
¡Oh qué
triste y afligida!
Fue esta
Madre esclarecida
del
unigénito Dios.
Cuando
se afligía y dolía,
cuando
las penas veía
de aquel
Hijo de su amor.
Qué ojos
hay que no llorasen
si a
esta Madre contemplasen
en tan
extrema aflicción.
Por los
crímenes atroces
de su
pueblo entre feroces
tormentos
a Jesús dio.
Vio
aquel dulcísimo Hijo
lacerado
en la cruz fijo
donde su
aliento expiró.
La pues
fuente de amores
haz que
sienta tus dolores
porque
también llore yo.
Que mi
corazón se inflame
para que
a Jesús ame
puesto
que El tanto amó.
Santa
Madre esas heridas
por tu
Hijo recibidas
en mi
corazón grabad.
De este
cuerpo tan llagado
conmigo
que lo he cansado
los
dolores promediar.
Haz que
yo contigo llore
puesto
al crucifijo more
mientras
me dure el vivir.
Que de
esa cruz no me aparte
que en
tu llanto tome parte
desde
ahora hasta el morir.
Madre
Virgen la más pura,
no me
sirvas de tristura
guste
contigo llorar.
Haz que
con ánimo fuerte
la Pasión
de tu Hijo y muerte
pueda en
mi copiar.
Que en
sus crueles heridas
en su
sangre y cruz unidas
logre en
mi alma embriagar.
Protegido
por tus ruegos
haz que
los eternos ruegos
logre en
el fin evitar.
Al
terminarse la vida
cuando
llegue a la partida
por tu
Madre o buen Jesús.
Concederme
la victoria
y del
paraíso la gloria
en las
regiones de luz.
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