Son muchas las localidades de la Comunidad de Calatayud en las que se festeja Santa Águeda. Recogemos aquí algunas de las canciones religiosas y profanas que acompañan a esta celebración.
Nigüella
Las mujeres de Nigüella cantan los chilindrones en sus fiestas de Santa Águeda y en los días de Carnaval. Muchos son irreverentes, escatológicos y obscenos. Se celebra Santa Águeda el sábado más cercano al 5 de febrero. Después de comer, las mujeres, todas juntas y provistas de cuerdas, acuden a un monte cercano para aprovisionarse de romero. Lo cogen partiendo las ramas y sin arrancar la raíz. Preparan pequeños fajos y dicen que su tamaño deber ser acorde con el tamaño de los pechos de cada una. Cuando llegan al terreno llano de la carretera, los arrastran por el suelo, sujetos por la delgada cuerda, impregnando el recorrido del olor a romero. Una vez en la plaza, los dejan agrupados en un montón. La hoguera se enciende al anochecer y los fajos se van echando de uno en uno, cada cual el suyo para proteger sus pechos. Cogidas de la mano bailan alrededor de la hoguera, que desprende abundante humo, cantando los chilindrones y lanzando agudos gritos. Cuando bailan en círculo, en sentido contrario a las agujas del reloj, se acercan al fuego en el momento de lanzar sus gritos. Alguna improvisa letras de chilindrones, pero la mayoría son antiguas y conocidas por todas. Es una fiesta exclusivamente femenina. Las mujeres saltan la hoguera y hacen gestos de acercar sus pechos para que reciban el calor protector.
Nigüella
Las mujeres de Nigüella cantan los chilindrones en sus fiestas de Santa Águeda y en los días de Carnaval. Muchos son irreverentes, escatológicos y obscenos. Se celebra Santa Águeda el sábado más cercano al 5 de febrero. Después de comer, las mujeres, todas juntas y provistas de cuerdas, acuden a un monte cercano para aprovisionarse de romero. Lo cogen partiendo las ramas y sin arrancar la raíz. Preparan pequeños fajos y dicen que su tamaño deber ser acorde con el tamaño de los pechos de cada una. Cuando llegan al terreno llano de la carretera, los arrastran por el suelo, sujetos por la delgada cuerda, impregnando el recorrido del olor a romero. Una vez en la plaza, los dejan agrupados en un montón. La hoguera se enciende al anochecer y los fajos se van echando de uno en uno, cada cual el suyo para proteger sus pechos. Cogidas de la mano bailan alrededor de la hoguera, que desprende abundante humo, cantando los chilindrones y lanzando agudos gritos. Cuando bailan en círculo, en sentido contrario a las agujas del reloj, se acercan al fuego en el momento de lanzar sus gritos. Alguna improvisa letras de chilindrones, pero la mayoría son antiguas y conocidas por todas. Es una fiesta exclusivamente femenina. Las mujeres saltan la hoguera y hacen gestos de acercar sus pechos para que reciban el calor protector.
-Chilindrones de
Nigüella y varios más.
Yo tengo una burra vieja, 
más vieja que el sarampión, 
lleva las patas torcidas 
de bailar el charlestón. 
Echemos un chilindrón 
que llega ya el carnaval,
luego vendrá la cuaresma 
para rezar y llorar. 
Las mocitas de Morata 
llevan el chocho pelón 
de subir a los árboles 
y bajar de resbalón. 
Las peluchonas de Illueca 
cuando vienen  a San Blas 
llevan la tripica llena 
de cuscurricos de pan. 
Si en Arándiga te casas 
tendrás una gran fortuna, 
irás por agua a la fuente 
a caballo en una burra. 
De las tetas dos pesetas, 
del ombligo medio duro 
y de un poco más abajo 
ya se puede dar el duro. 
Una moza de Nigüella 
le dijo a una de Mesones 
úntate el culo con queso 
y te acudirán ratones.  
En esta calle que entramos 
traen tres mozas de lavar, 
la tetuda, la morruda
y la morros de orinal. 
Arándiga
de los ajos, 
Viver de
los pimentones, 
Sestrica
de los cántaros, 
Morés de
los requesones. 
En el
pueblo de Nigüella 
nos lo
pasamos de miedo, 
dando
saltos en la hoguera 
y
vueltecicas al ruedo. 
Yo tengo
una mula vieja
más
vieja que San Antón
tiene
las patas torcidas 
de
bailar el charlestón.            
En la
plaza de Nigüella           
echan
agua y salen rosas 
y por
eso la llamamos 
la plaza
de las hermosas. 
Una
vieja se meó 
en un
vaso reluciente 
y el
cura se lo bebió 
creyendo
que era aguardiente. 
A San
Babil me he subido 
por ver
si había algún guapo, 
como no
había ninguno 
como me
subo me bajo. 
Una
vieja se echó un pedo 
en un
montón de salvado 
de
cuatro cahíces que había
no dejó
más que un puñado. 
Una
vieja en un corral 
en un
pedo mató un pollo, 
el
demonio de la vieja 
qué pedo
se echó tan gordo.   
Si los
frailes de Gotor 
no
bajaran a la huerta 
no
tendrían tantos chicos 
las
peluchonas de Illueca. 
Almonacid
de las ollas, 
Alpartir
de los pucheros, 
Morata
las alpargatas 
y Brea
los zapateros.
 





 
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