Los
cantantes de murgas aprovechaban cualquier suceso extraordinario local para
versificarlo de forma que  hiciese reír
al vecindario. La aparición del primer jabalí en la Sierra de Aniñón sirvió
para crear esta murga divertida sobre lo sucedido por los parajes donde
apareció el animal.
Murga
del jabalí, de Aniñón
Ay
correr, correr, correr,
Ay,
venir, venir, venir, 
que me
viene persiguiendo 
el
dichoso jabalí.
Ay
correr, correr, correr, …
El hijo
del tio Faustino 
al que
llaman Rutillo 
había
que verlo correr 
por la
cuesta de Espinillo.
Ay
correr, correr, correr, …
Al hijo
del tio Santero 
al que
llaman Zumbilla 
para
encender un candil 
gastó
una caja cerillas.
Ay
correr, correr, correr, …
Con una
lanza en la mano 
yo lo
quise agazapar 
y el
perro del buen Canovas 
lo hizo
correr de patrás.
Ay
correr, correr, correr, …
La
brigada echó a correr 
y los
perros que allí había, 
le tiran
piedras y palos, 
los
perros lo entretenían.
Ay
correr, correr, correr, …
Una vez
en el barranco 
el bicho
se defendía, 
cuando
quería subir 
a los
cerezos subía.
Ay
correr, correr, correr, …
Los
perros lo sujetaron 
y Tolín
aprovechó,
con un
astral que llevaba 
allí
mismo lo mató.
Ay
correr, correr, correr, …
Lo
bailaban de alegría 
cómo lo
iban a pasar 
porque
al día siguiente 
se lo
iban a merendar.
Ay
correr, correr, correr, …
En casa
del tio Verdeles 
es donde
se lo comieron. 
Aquí se
acaba la historia 
del
primer jabalí que vieron.
Ay
correr, correr, correr, …
Con
algunas borracheras 
vuelven
a la plantación, 
el
capataz que es muy bueno: 
¡Duerman
la mona, por Dios!
 

 
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